viernes, 20 de diciembre de 2019

CON LOS MEJORES DESEOS PARA TODOS





La Adoración de los pastores es el panel central del Tríptico Portinari, del artista Hugo van der Goes, considerado como el pintor líder de los Países Bajos a fines del siglo XV. 

Representa el nacimiento del Niño Jesús.
La Virgen María está en el centro de la composición, arrodillada. 
Sus manos unidas describen un corazón. María usa un majestuoso vestido azul y una capa del mismo color.Su pelo dorado le cae por la espalda y los hombros. 
Su piel muy clara, contrasta con la de San José y los pastores. María mira seriamente a su hijo, quien, dado su gran tamaño, parece aún más pequeño.
El Niño Jesús está desnudo en una pequeña plaza junto a un establo, acostado en un halo de rayos dorados. 
Su pequeño cuerpo, frente a su madre, es pequeño y su piel extremadamente clara. 
Los presentes están arrodillados - incluso los ángeles en el aire - con las manos cruzadas en gesto de adoración, a excepción de los pastores que llegan. Todos los ojos convergen en el Niño Jesús.
Dos grandes ángeles revolotean dentro del pesebre, mientras que otros cuatro, arrodillados y vestidos con túnicas celestes, flanquean a la Virgen y al Niño, de pie, a derecha e izquierda. 
En la parte inferior derecha hay cinco ángeles ricamente vestidos con coloridas alas.
Afuera, junto a la estructura de madera, hay cuatro ángeles. 
En una escena en la lejanía, un ángel vestido de blanco anuncia a los pastores entre sus ovejas y un perro la llegada de Jesús. Las características de los ángeles son similares a las de la Virgen, al igual que el cabello, dejando una frente larga, moda típica de la época. 
Los ángeles emparejados son una referencia a la Eucaristía. 
La disposición de las figuras es más o menos circular. Sus rostros denotan una gran expresividad. San José, vestido con una túnica marrón y una capa rojiza, está arrodillado a la izquierda, al lado de una vieja columna oscura, justo debajo de un ángel ricamente vestido. Uno de sus zuecos está frente a él, y aparentemente está arrodillado sobre el otro, como lo muestra el fragmento a la vista. Su pelo blanco y su barba, así como las arrugas en su rostro y manos, denotan su edad avanzada. 
Se encuentra en una profunda adoración ante su hijo adoptivo.
Tres pastores, pintados de manera realista, a diferencia de las otras figuras humanas, sosteniendo sus herramientas de trabajo en sus manos, se presentan a la entrada del pesebre. 
Más atrás, otros dos se acercan para ver lo que acontece. 
Un buey y un burro están al lado del pesebre, frente al Niño. 
En primer plano hay dos jarrones cuyas flores están representadas con gran perfección y delicadeza. Hay lirios, claveles y violetas en el suelo. Las violetas simbolizan la humildad; los tres clavos son una referencia a los tres clavos usados ​​en la crucifixión de Jesús; los lirios rojos simbolizan la sangre de Cristo; y los blancos representan la pureza de la Virgen María.
A medida que la corte de Borgoña restringió los gestos irrazonables y la exposición de sentimientos, los personajes son introspectivos y serios. 
Los pastores son una excepción porque representan a las personas, no forman parte de las extensas reglas de la corte. Están pintados en gran tamaño y con gestos expansivos y llenos de realismo. 
Van der Goes los equipara con los santos en tamaño, aunque se pensaba que eran feos e ignorantes en ese momento. Fue el primer pintor en retratarlos así, demostrando que están al mismo nivel que los santos cuando estaban ante Dios, para quienes todos los hombres son iguales.
Hay muchas referencias bíblicas en la composición:
La sandalia de San José se refiere al paso del Éxodo; el arpa en la puerta trasera de la casa se refiere a la casa de la simiente de David, a la que pertenecía José;
El manojo de espigas cerca de las macetas se refiere al "pan de vida", el Cuerpo de Cristo, etc.
Nota: el tríptico de Hugo van der Goes fue ordenado por Tommaso Portinari, que se instaló en la capilla familiar, de ahí el origen del nombre del tríptico. 
Está considerado como una de las obras de pintura más bellas de todos los tiempos.


Vea la visita virtual al Tríptico Portinari en:





Hoja de datos (panel central)
Año: c. 1476-1478
Técnica: óleo sobre madera.
Dimensiones: 253 x 304 cm.
Ubicación: Galleria degli Uffizi, Florencia, Italia.









lunes, 9 de diciembre de 2019

ESTO, CON EDUCACIÓN NO PASA



Aunque MONUMENTA Buenos Aires se dedica a hacer su aporte al importantísimo patrimonio escultórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no podemos dejar pasar algo como esto, que además se repite regularmente sobre los célebres lobos marinos del gran escultor argentino José Fioravanti, 1896-1977, junto a los cuales se han fotografiado en la Rambla de Mar del Plata miles y miles de argentinos y sus familias.







LO QUE SÍ Y LO QUE NO SE HABLA



Publicamos esto en 2013


                    La "estatua" de Gabriela Sabatini del Paseo de la Gloria de la Costanera Sur con su raqueta saqueada


El 23 de agosto de 2013, publicamos en Facebook lo siguiente:
ANTOINE BOURDELLE Escuela Francesa. Montauban, 30 de octubre de 1861 - Le Vésinet-Yvelines, 1ro. de octubre de 1929. Antoine Bourdelle fue un escultor francés, discípulo de Auguste Rodin, y uno de los más destacados de la Belle Époque y al mismo tiempo antecedente de la escultura monumental del siglo XX. El Heracles Arquero de Antoine Bourdelle, de la Avenida Pueyrredón, entre las avenidas Figueroa Alcorta y del Libertador, debería ser guardado dentro del Museo Nacional de Bellas Artes, como para poder aspirar a que sobreviva para las futuras generaciones. Buenos Aires, es una de las pocas ciudades del Mundo que tienen el privilegio de contar con esa obra de Bourdelle, junto a Tokio, Nueva York, París, Montauban, el Jardin Musée de Egreville, Toulouse, Lyon y Dallas. Ya fue encontrado desamurado de su base y a punto de ser cargado a algún transporte para ser robado. ¿Vamos a esperar que el robo se concrete? Actuemos antes de que sea tarde y no tendremos que lamentarnos por la imposibilidad de su reposición. Ahora, ya es tarde. Hace muy poco fue mutilado, como se puede ver en la foto. Por no haber prevenido a tiempo, ahora hay que curar. Hemos venido pidiendo prevenir desde el año 2007. El Heracles Arquero de Antoine Bourdelle debería ser restaurado por especialistas del Musée Bourdelle de Paris y luego guardado en el Museo Nacional de Bellas Artes. Seria la única forma de prevenir futuras mutilaciones o el robo de la obra entera.

                   El Heracles Arquero de Antoine Bourdelle, de la Avenida Pueyrredon casi Avenida Figueroa Alcorta, que fuera
                   mutilado y saqueado hacen ya más de cinco años sin que a nadie se le moviera un pelo.


El Gobierno de la Ciudad y los medios hablan del vandalismo y las mutilaciones de las "estatuas" de Gabriela Sabatini, de Alberto Olmedo y Javier Portales, de Lionel Messi, Diego Maradona y Gabriel Batistuta, etc., etc.
El gran público, por lo que lee, oye y ve por los medios masivos, se hace eco de ese vandalismo y esas mutilaciones.
Pero, curiosa, llamativamente, del vandalismo, del saqueo y de las mutilaciones de las verdaderas obras de arte de grandes artistas universales, que integran el importantísimo patrimonio escultórico de la Ciudad de Buenos Aires, como el Heracles Arquero de Antoine Bourdelle, que fue mutilado hace muy poco, nadie dice nada.
¿A qué habrá que atribuir ésto?
¿Será porque un escultor como Antoine Bourdelle no tiene rating popular?
Nos preocupa y alarma este tema desde hace años y la poca y nula atención que se le presta.
Creemos que es para pensarlo.

domingo, 8 de diciembre de 2019

ESTO ES BASTARDEAR LA MEMORIA DEL LIBERTADOR.
NO PUEDE HACERSE EN LA PLAZA SAN MARTÍN





¡Cómo van a armar esta enorme carpa y poner esos baños químicos en la Plaza San Martín, junto al Monumento al Libertador!

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires debería dar el ejemplo y respetar la estricta normativa que rige para la Plaza San Martín como sitio histórico. No puede desconocerla.
Por noble que sea la causa - en este caso la exposición interactiva sobre el corazón femenino real, promovida por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el Hospital Alemán - la Plaza San Martín, un sitio histórico que como tal tiene una normativa estricta determinada - entre muchas otras cosas prohibe específicamente que se haga este tipo de cosas en ella - por ser el lugar donde estuvo el primitivo Cuartel del Retiro, en el que el General José de San Martín reclutó y entrenó a los primeros hombres del Regimiento de Granaderos a Caballo que creara, que iban a tener su bautismo de fuego en la Batalla de San Lorenzo, junto al Convento de San Carlos Borromeo, a orillas del Río Paraná, en la provincia de Santa Fe, el 3 de febrero de 1813.
La normativa específica para la Plaza San Martín ya ha sido transgredida muchas veces con anterioridad: lo han hecho para la Copa América y los mundiales de fútbol, exposiciones de fotos, de osos intervenidos y pintados, la Torre de Babel de libros de Marta Minujín, etc.
El ente que rige en estos temas y que debe ocuparse de que la normativa se respete y cumpla es la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, debería ocuparse de que la normativa vigente se respete y se cumpla lo que ella prescribe.



   Inadmisible bastardeo la memoria del General San Martín con esta enorme carpa, estos generadores, baños
   químicos, cabinas móviles de vigilancia y barandas metálicas de contención.














  Estos cuatro vehículos fueron utilizados para transportar los elementos que se usaron para armar la gran carpa.



Como ya lo dijimos en oportunidades anteriores, no podemos entender la insistencia en armar estas cosas en la Plaza San Martín cuando además hay miles de lugares dentro de la Ciudad de Buenos Aires en los cuales estos proyectos tendrían una mucho mayor visibilidad.